Análisis de la visión internacional sobre el conflicto Israel-Palestina

Por: Gastón Saidman

La guerra que se está viviendo en estos momentos en Medio Oriente entre Israel y Palestina y, para especificar más, la llamaremos por su nombre “Espadas de Hierro”, no debe verse como un conflicto local, incluso si las batallas se concentran en una zona específica.

El peligro de que este conflicto se convierta en una campaña regional no está tan lejos de la realidad y siendo así no sólo terminará con el fin de las batallas. Los futuros resultados de este conflicto sin duda seguirán influenciando tiempo después de terminada la guerra, y para poder estar preparados los analistas tendrán que comenzar a analizar las distintas posturas de los países involucrados para saber cómo podrían ser las reacciones o políticas que tomarán en un futuro próximo y como se verán las batallas en el campo diplomático.

A continuación un simple análisis sobre los diferentes estatus políticos de los países más relevantes al conflicto actual que nos ayudarán a pronosticar el próximo orden político mundial.

Visión general

La visión internacional ante los conflictos del Medio Oriente no solo debe limitarse a la amenaza que representa Irán u otros países islámicos radicales, tampoco debe concentrarse en Israel – Palestina, pero sí entender que este histórico conflicto no puede pasarse por alto como parecería ser que a las potencias occidentales les gustaría. La sensación de confianza que creó las nuevas relaciones diplomáticas entre Israel y otros países árabes hizo que el mundo concentrara su lado positivo en estas nuevas relaciones dejando atrás el problema palestino, algo que sin duda fue un error, en especial del lado occidental. Israel creyó que sus nuevos amigos se les unirían un 100% y Estados Unidos planificaba su retirada de la región. Nada quedó más lejos de la realidad, la causa palestina es un tema muy presente en el mundo árabe y la guerra actual lo demostró. Si bien hubo declaraciones como las del príncipe saudita, BIn Salman, que demostró su repudio contra los ataques de Hamas contra Israel, también mostró su apoyo y preocupación por los civiles de Gaza. Debemos entender que no habrá ningún país árabe que condene la acción de Hamas sin remarcar el lado palestino, porque esa es la única manera de mantenerse, según ellos, bajo una postura firme en la zona, pero llevando a las mesas de discusión la causa palestina como parte de la agenda de interés de los países con los cuales tendrán que llegar a un acuerdo, si queremos ver realmente la paz en el Oriente Medio. De alguna manera, el conflicto palestino – israelí está incluso conectado con la lucha global entre las potencias occidentales y el eje ruso chino-iraní.

Egipto

Después de que se firmara la paz entre Israel y Egipto, Israel pensó que esta sería su puerta a más países árabes y, que, gracias a una fructífera relación comercial, Egipto iba a dejar de lado la causa palestina para concentrarse en las buenas relaciones con Israel. Nada más lejos de la realidad.

Es verdad que, como con Jordania después de firmar los acuerdos, Egipto no movió ni un solo soldado ni a favor ni en contra de Israel en conflictos armados, pero su actitud siempre fue mantener una balanza en la cual concentraron políticas anti israelíes mostrando su postura pro – palestina, pero al mismo tiempo sin perder sus status de mediador regional ante los ojos de occidente; algo que le otorga cierto poder.

Presidente de Egipto Abdel Fattah al-Sisi

En la guerra actual donde se intensificó el conflicto entre Israel y Palestina, el cual en sí no es contra la entidad gubernamental palestina o su pueblo, sino en contra  de la organización terrorista Hamas, quien rompió todo tipo de regla moral con su feroz y cobarde ataque a las poblaciones israelíes en la Franja de Gaza, Egipto  hoy debe de encontrar otro discurso en el cual la causa palestina ya no puede ser defendida sin dar a entender la diferencia entre Hamas como organización terrorista y el pueblo palestino.

En esto último, Egipto podría ver el lado positivo de la situación y es la cooperación bajo el interés claro que comparte con Israel: la destrucción de las capacidades militares de Hamás y la Jihad Islámica, y si es posible, el regreso de la Autoridad Palestina a Gaza. Esto último tiene mucho valor, podría acercar a Israel a más países islámicos sunitas, aunque fuera de manera discreta.

Entendiendo el mapa político general, pasaré a explicar los desafíos que Egipto tendrá que afrontar y tener en cuenta si su deseo es mantener su estatus como país mediador.

Para comenzar existe el problema de los refugiados palestinos. Egipto corre el riesgo de que un número estimado en cientos de miles de una población de 2,2 millones de personas logren escaparse a terreno egipcio, a lo que el país se opone. Tampoco fue muy alentador para ellos la idea del lado israelí, de trasladar a la población de Gaza al Sinaí; entonces, no les queda otra posibilidad que intervenir para calmar la situación y ayudar a mejorar la calidad de vida en Gaza junto con Israel poniendo fin a la organización terrorista Hamas.

Lo segundo sería su papel como mediador principal, como lo fue en la mediación y la consecución del alto el fuego en las operaciones “Plomo Fundido”, “Pillar” y “Tzuk Eitan”, pero desde 2014 fue Qatar quien tomó un papel activo, en especial por poder transferir importantes presupuestos a Hamas a través de Israel. Ahora, una vez más, Egipto se enfrenta a la posibilidad de que otros países como Qatar, Turquía y quizás algunos más del Golfo asuman el papel histórico de Egipto, asestando así otro golpe a la cada vez más desvanecida imagen de su liderazgo en el mundo árabe.

El tercer desafío tiene que ver con la necesidad de los líderes de calmar a la opinión pública que apoya a los palestinos, aunque no necesariamente a la organización Hamas. Es decir, a medida que aumente la crisis humanitaria en Gaza, aumentarán las voces dentro de Egipto (y en el mundo árabe en general), que piden una intervención y tal vez incluso la suspensión o ruptura de las relaciones con Israel. Egipto es un jugador importante para el desarrollo de las relaciones diplomáticas de Israel en la región y un deterioro de las relaciones  también podría dañar las relaciones de Israel con otros países árabes moderados creando una limitación significativa en cuanto al alcance de acción de Israel en Gaza.

Estados Unidos

Los Estados Unidos fueron los primeros en condenar los ataques terroristas y apoyar a Israel, el mismo presidente Biden, el secretario de estado y otros miembros del gobierno estadounidense llegaron a Israel; incluso trasladaron dos portaaviones a la zona, siendo esta actitud importante en la disuasión y prevención, al menos temporalmente. A su vez, dentro de la política interna los dos partidos más relevantes demócratas y republicanos se unieron en la iniciativa de apoyo a Israel.

EL Presidente de los Estados Unidos junto al Primer Ministro Israelí Benjamín Netanyahu

El interés de los Estados Unidos es más que nada poder mantener la región en paz y así evitar otra intervención militar americana en la zona, fortalecer y llevar bajo su ala de protección a los países aliados y opacar la presencia china y rusa que en esta oportunidad aprovechan para tomar posiciones de influencia en el Medio Oriente.

Pero hay que entender el interés político de los Estados Unidos; no solo se limita en su apoyo a Israel. Los americanos tienen el poder de comenzar un proceso para un futuro acuerdo regional, por eso sienten que bajo su responsabilidad no solo está la estabilidad de Israel, sino también la estabilidad interna de Egipto, Jordania, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y el poder fortalecer el liderazgo palestino que asumirá la responsabilidad de Gaza en el futuro. Al final, es Estados Unidos quien puede aprovechar la crisis actual para avanzar en una estrategia política.

Europa

Gran parte del continente europeo se puso a favor de Israel con excepción de alguno que otro país, como España. Los ministros de exteriores de Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia, se unieron a Estados Unidos y visitaron Israel. Irlanda y Bélgica, aunque con un perfil más bajo, también se mostraron a favor de Israel. Estados Unidos y Gran Bretaña enviaron dos buques de guerra como muestra de solidaridad. 

Es obvio que el interés europeo es mantener fuerte a Israel como una vanguardia de occidente frente a la amenaza del eje Rusia-Irán (y detrás de él China). Israel tiene también capacidades de inteligencia y militares que ayudan a la presencia de muchos países de la OTAN, como ser informes sobre vehículos aéreos no tripulados que Rusia compró a Irán y que fácilmente podrían llegar a países vecinos.

Existe además un interés de prevenir que este conflicto se expanda hacia el norte de Israel con la amenaza de Hezbolla y de ahí con Irán; esto agranda la posibilidad de que llegada la situación de crisis, más ciudadanos del Medio Oriente querrán emigrar a Europa como fue en el pasado, pero hoy, en parte, los europeos ya no están tan entusiasmados con la idea.

El punto de vista positivo es que en comparación con el pasado se nota un significante cambio que va desde una actitud crítica a una actitud más solidaria hacia Israel.

Arabia Saudita

El papel de Arabia Saudita es uno de los más importantes como he escrito en más de un artículo, su status de país líder del mundo árabe y su deseo de fortalecer ese status debe ser tomado en cuenta y, los países de occidente junto con Israel  tienen que cooperar para que así sea.  Para lograr este objetivo occidente no podrá pasar por alto la causa palestina y mantenerla dentro de su agenda posicionando a los sauditas como los líderes de ese proceso, ya que es clave en el mundo árabe. Arabia Saudita dejó muy en claro más de una vez en sus diálogos con Israel, que no es algo a lo que van a renunciar, ya que es la carta que necesitan para mostrar al resto del Medio Oriente que ellos también aportan al mundo árabe.

Cumbre árabe-islámica liderada por Arabia Saudita sobre la situación en Gaza

En resumen, Arabia Saudita e Israel tendrán que cooperar para el día después de la guerra y reconstruir en especial la plataforma política de Gaza, pero sin Hamas, un interés que se adhiere en el deseo de terminar con todos los enemigos que tienen en común aportando al anhelo del Príncipe Heredero Muhammad Bin Salman de posicionarse como un líder regional que desempeña un papel constructivo en el ámbito internacional. Pero, conociendo la política interna de su reino, sabemos que no siendo un país 100% democrático, su interés personal es mantenerse en el poder y para eso la causa palestina que es de sumo interés en las calles del mundo árabe es parte de su discurso no solo por el prestigio que le da, sino también para evitar un levantamiento contra su gobierno.

Hoy nace una oportunidad  histórica a través de Arabia Saudita para que Israel logre unirse al campo  árabe, pero Israel deberá darle más lugar en el conflicto actual y en el futuro.

Irán

Desde la revolución de 1979 que creó lo que conocemos hoy como la República Islámica de Irán, el gobierno trabajó de manera estratégica para expandir su ideología y poder. Su ala de influencia no solo se limitó con la creación de la organización terrorista Hezbollah al sur del Líbano u otras organizaciones de la rama Chiita del islam, sino que también en los últimos años se acercó a Hamas y contribuyó para aumentar su capacidad militar y mejorar su estrategia de ataque.  

líder político-espiritual de la Revolución islámica Ruhollah Jomeiní en su regreso a Irán en 1979

En el conflicto actual Irán juega detrás de los telones a través de Hezbollah atacando el norte de Israel, sin embargo, estos ataques no llevan a Israel a responder de manera masiva, no solo porque los ataques no lleguen a eso, sino porque obviamente su enfoque está en Gaza y la destrucción de Hamas. Irán también dejó claro que no es parte oficial de lo ocurrido el 7 de octubre y esto es lógico simplemente porque si miramos desde el interés político, no le conviene después de haber llegado a algunos acuerdos con los Estados Unidos para su plan nuclear. Ahora eso cambió y en parte, la actitud de Hamas no les aportó nada, solo empeoró la situación en el marco de la política global.

Países del Golfo

En relación con los países del golfo la situación es bastante conflictiva. En los primeros días mantuvieron una posición pro – palestina, la que no cambió incluso después de que Israel hiciera público los videos de lo sucedido el 7 de octubre.  Existe una brecha entre la percepción de los líderes y la de los ciudadanos. Con el paso de los días, los mensajes de los líderes de la región expresan una respuesta a la opinión pública y un apoyo desequilibrado a los palestinos.

La desconcertante actitud de los países del golfo se debate entre la política exterior con sumas de dinero y la política interna que quieren escuchar sus ciudadanos, la de una solución a la causa palestina, ya sea con el objetivo de dar una solución inmediata a los palestinos que llaman a la puerta del cruce de Rafah o con el objetivo de alcanzar un acuerdo político.

Turquía

El conflicto Israel – palestino es muy relevante en la política turca, en especial con el gobierno de Erdogan. Lo que está sucediendo en la Franja y sus alrededores tuvo un impacto significativo en la naturaleza y el nivel de las relaciones entre los países.

El interés turco de ser el país líder en poner fin al conflicto, como los países árabes que nombré durante el artículo, es un deseo que se fue desvaneciendo por el deterioro de las relaciones entre Turquía e Israel, más aún con la política pro-Hamas – turca.

Esta y otras actitudes formaron la tensión entre Turquía y Egipto, quienes tampoco se destacaron por llegar a una armonía política en los últimos años.

Turquía es consciente de que su estatus de líder del Medio Oriente no está en su mejor momento. Los esfuerzos diplomáticos con la visita del Ministro de Exterior a Israel y las reuniones entre los dos países que se realizaron incluso antes de la guerra, es una muestra de que Erdogan sabe que tiene que lidiar también con Israel.

De derecha a izquierda el ex Primer Ministro Israelí  Yair Lapid y el Ministro de Exteriores de Turquía Mevlüt Çavuşoğlu (2022)

En el pensamiento político para el día después de la guerra, hay espacio para un discurso conjunto israelí – turco, pero esto sólo puede suceder si las relaciones bilaterales sobreviven al período de combates que aún nos espera, y esto depende en gran medida sobre las decisiones que tomará Erdogan.

En resumen: al fin y al cabo, la guerra en la que Israel entró a regañadientes es la misma lucha en la que los países árabes moderados han estado activos durante la última década, entre grupos terroristas y gobiernos estatales, entre el Islam político y la moderación, y entre el extremismo y la estabilidad.

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