Expectativas económicas para Medio Oriente en medio del conflicto regional

Por:  Gastón Saidman

(Wikipedia)

En los últimos días estuve leyendo como siempre, páginas de varios institutos de investigación política y económica sobre Oriente Medio para ver qué está pasando en esos países y qué publica o no la prensa occidental. A día de hoy, el principal interés en la región es la guerra, un conflicto que comienza mucho antes de los acontecimientos actuales y que afectará en gran medida el desarrollo económico de la región en un futuro próximo.En el siguiente artículo intentaré dar un análisis de los países relevantes de MENA, su situación económica y cuáles son los desafíos, de una manera simple y concisa que brindará al lector herramientas adicionales para su análisis personal y conocimiento de la política y conducta de la zona, en el sector económico.

Problema

El crecimiento económico de la región presenta un catálogo de problemas; los países tendrán que ordenar sus escalas de valores y repensar cómo poner fin a los conflictos armados que con el tiempo lamentablemente se han convertido en parte del carácter de Medio Oriente.La única opción que evoca un posible crecimiento económico del 2,1% hasta 2025 no refleja un incremento relevante, sobre todo por la falta de interés y ganas de captar inversiones privadas y está claro que el conflicto en Gaza y Líbano no contribuye a la seguridad de los inversores.
Una solución a los conflictos podría cambiar significativamente el curso de la búsqueda de capital, pero el problema nace también con los problemas climáticos de la zona  del Mediterráneo meridional y oriental, como las sequías en Marruecos y Túnez, siguiendo por la crisis energética de Egipto.

Líbano, crisis pero con mínimas esperanzas

La actual crisis en el Líbano no es resultado de la guerra entre Hezbollah e Israel, esta crisis continúa debido a conflictos internos derivados de una sociedad dividida que influyó en el crecimiento de diferencias sociales que afectaron la moral y la economía de sus ciudadanos.

Según el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo publicó un informe en el cual prevé que para finales del 2024 la economía libanesa se reduzca un 1%, esto es por la falta de reformas del gobierno que no logra consolidar un acuerdo para llegar a un plan en conjunto con el Fondo Monetario Internacional. El Líbano también sufre de desempleo, un tercio de sus ciudadanos están desempleados, lo que empeora las terribles condiciones socioeconómicas.
En cualquier caso, el único punto positivo es la esperanza de que puedan terminar un plan que empiece a sacarlos del pozo en el que han caído y contribuyan a la paz en la región y no apoyen a la actividad de Hezbollah en el sur. Según los analistas, el crecimiento podría alcanzar el 2% en 2025 si las tensiones disminuyen y el FMI presenta un plan.

La ley de presupuesto libanesa para 2024 adapta los cambios al mercado actual, y aunque esto ha provocado un ambiente positivo, la economía libanesa sigue siendo muy frágil.

Egipto

Siendo el país con una de las economías más importantes de la región, la economía de Egipto se sitúa en un 2,7% y se espera que alcance un crecimiento del 4% a finales de 2024 y principios de 2025, lo que significa un punto positivo si lo comparamos con años anteriores. Esto es evidente en la política del gobierno en la promoción de bienes raíces, agricultura, comercio mayorista y comunicaciones.Al ser un país relevante en el mundo de la energía, atravesará una crisis por la creciente demanda de gas ante importantes recortes en el suministro, lo que supondrá un desafío muy difícil para el gobierno egipcio. Es cierto que si este sector logra mantenerse es sólo gracias a las inversiones externas, que, aunque reducidas, lograron al menos mantener a los empresarios a flote. Los riesgos persisten y Egipto sigue siendo un lugar inseguro para invertir.

Jordania

Las expectativas para Jordania no son las mejores, la tasa de crecimiento económico hasta finales de 2024 puede ser lenta, del 2,2%. El conflicto en Gaza afecta enormemente al mercado turístico del país y a las inversiones privadas, que han quedado congeladas debido a la incertidumbre del momento, lo que frena aún más el crecimiento económico del país.

Las expectativas del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo para Jordania indican que la economía del país hachemita podría recibir una ligera recuperación en caso de que la tensión geopolítica disminuya y las reformas económicas continúen.La dificultad pasa porque Jordania depende en gran medida de las importaciones en una etapa donde los precios subieron, como el de la energía y alimentos, al mismo tiempo que por la inseguridad de la zona en parte se paró la cadena de suministro mundiales.

La inflación se sitúa en un 1.9%, el desempleo se divide de la siguiente manera y es justamente bastante alto:  el 21,4 por ciento, con tasas significativamente más altas para las mujeres (34,7 por ciento) y la población joven (43,7 por ciento).

Marruecos: el problema de la agricultura y las expectativas en el mercado turístico

Marruecos depende del destino de su mercado agrícola, importante fuente de ingresos, pero las sequías del país afectan a este sector del que depende y según los analistas, el crecimiento económico del país se situó en el 2,9% en 2024, donde sólo se pueden sacar puntos positivos  observando  los sectores manufacturero y turístico.
Las exportaciones y la demanda local continúan apoyando la actividad económica, logrando una reducción del déficit presupuestario al 4,3 por ciento del PIB y una caída de la inflación del 1,3 por ciento, dos factores que señalan cierto alivio y brindan una sensación de seguridad y positivismo. 2025 podría ser un buen año para Marruecos, siempre y cuando su agricultura se recupere de su dependencia de las importaciones de energía y de su vulnerabilidad al cambio climático.

Turquía

Por el momento, Turquía está tomando decisiones convencionales para luchar contra la inflación, pero a costa de aumentar el salario mínimo, lo que no mejora la situación socioeconómica, aunque actualmente es un destino atractivo para los inversores desde que el país fue eliminado de la lista gris del grupo de trabajo financiero. El déficit en cuenta corriente se redujo a 19.100 millones de dólares en julio, mientras que los saldos en divisas aumentaron a 147.900 millones de dólares.

La economía creció un 3,8 por ciento en el primer semestre de 2024, y el consumo privado sigue liderando el crecimiento a pesar de una desaceleración en la manufactura. La inflación anual cayó al 52 por ciento en agosto desde un máximo del 75,4 por ciento en mayo, lo que requirió una política monetaria estricta y continua para cumplir con la meta de inflación revisada del 41,5 por ciento para fin de año, pero el crecimiento económico disminuirá al 2,7 por ciento en 2024, en medio de riesgos de alta inflación y tensiones geopolíticas.

Túnez: crecimiento modesto pero dificultades fiscales persistentes

Con un ligero aumento del 1,2% en 2024 y un ligero aumento al 1,8% en 2025 como expectativa, Túnez tiene problemas de los que no puede escapar, como una gran carga de deuda externa, un espacio fiscal limitado y una vulnerabilidad a los conflictos externos.
Se puede observar crecimiento en el sector de turismo y servicios financieros que apoya a la industria nacional, lo que brindó un importante apoyo a la economía. Una mejora en el déficit de cuenta corriente y mayores ingresos tributarios lograron el déficit de cuenta corriente y mayores ingresos tributarios.

Aún así, el financiamiento externo y su lento avance en los programas respaldados por el FMI continúan planteando riesgos significativos para su estabilidad económica.

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