La lucha de Egipto por mantener su mercado energético en medio de los conflictos
Por: Gastón Saidman
Entre las cosas positivas que vivió Oriente Medio en sus últimas décadas estuvo sin duda el descubrimiento de yacimientos de gas natural en el mar Mediterráneo. La zona costera se considera una zona económica entre Israel, Líbano y Chipre y abastece a países como Egipto, que también descubrió un yacimiento de gas en sus aguas económicas. Estos eventos están diseñados para proporcionar a Egipto la seguridad energética y eléctrica que tan desesperadamente necesita; además será el país que logre hacer la transición entre Israel y el resto de Medio Oriente, siendo parte de las propias exportaciones que son muy importantes para sus arcas nacionales. Sin embargo, se encontraron fallas que presentaron a Egipto un desafío energético junto con las consecuencias políticas creadas después de la guerra entre Israel y Hamás, y también por la situación actual de Oriente Medio en general.
Las expectativas presentan un panorama bastante complicado para el futuro de la economía egipcia, empezando por el clima que aumentó la demanda de electricidad debido a la ola de calor, lo que obligó al gobierno a realizar cortes de energía en determinadas zonas del país.
La crisis económica egipcia no pudo recuperarse por completo, lamentablemente las inversiones en el sector energético no se desarrollaron según las perspectivas, ya que yacimientos como ZOHOR y ORION no tenían las grandes reservas esperadas, por el contrario, sumaron más deudas, lo que obliga a Egipto a ser más dependiente de las importaciones israelíes de gas.
La guerra entre Israel y Hamás en Gaza obligó también a cerrar a finales de octubre el campo de perforación “Tamar” que Egipto compartía con Israel y del que extraía parte del suministro de gas licuado que servía simultáneamente como tránsito a Europa, y afectó aún más no sólo a la situación energética de Egipto, sino también a su economía en particular. La reanudación de las actividades de “Tamar” a mediados de noviembre provocó un suspiro de alivio en El Cairo y por supuesto, también en Israel. En cualquier caso, esto no solucionó los problemas, el conflicto en Yemen no impidió que algunos hutíes se movilizaran para ayudar a Hamás a través del Canal de Suez, afectando enormemente al transporte marítimo de mercancías y reduciendo considerablemente los ingresos económicos pagados a Egipto por ser el área de mediación, siendo esto una fuente de ingreso importante.
Entre Israel y Egipto
Israel, al igual que Egipto, no se encuentran en su mejor momento, por lo que deben fortalecer sus relaciones diplomáticas a través de la cooperación económica. A Egipto no le conviene que Israel bloqueé la exportación de gas, ya que esto significa que no podrá obtener beneficios de los países importadores. Lo mismo ocurre con Israel, en el caso de que Egipto no pueda entregarlo, esto significa que no tendrá acceso a otros países como hasta ahora. La guerra de Gaza provocó pérdidas de hasta mil millones de dólares en el mercado energético que afectaron a ambos países. Por lo tanto, Egipto tiene interés en poner fin a la guerra entre Israel y Hamás, pero todavía hay una gran incertidumbre sobre lo que sucederá después de la guerra. Egipto no está seguro de la cooperación de la parte israelí designada a ministros de la ultraderecha que expresan cierta negatividad para detener el problema.
El dilema egipcio surge especialmente del temor de que la continuación de la guerra o su fin conduzca a una gran inmigración palestina en su territorio. Esto Israel lo ve como algo positivo, porque Egipto tendrá que cooperar con ellos y su beneficio será también porque ambos países comparten el interés de acabar con Hamás. Al gobierno egipcio no le conviene llegar a un acuerdo con un Hamás victorioso, por eso en El Cairo temen que la parte israelí aproveche esta situación para transferir a los palestinos a territorio egipcio contra su voluntad.
Está claro que los descubrimientos de gas en el Mediterráneo oriental, junto con los acontecimientos recientes, han ayudado enormemente a la arquitectura regional, y por parte israelí hay un gran interés en la capacidad de cooperar. En las circunstancias actuales, de profundo enfriamiento en las relaciones entre Israel y Turquía, el deshielo de las relaciones Ankara-El Cairo forma parte de la estrategia turca de alinear a los países de Oriente Medio a su favor y colocar a Egipto una vez más en el papel de mediador logrando un acuerdo entre los tres en sus aguas económicas y renovar las relaciones entre Israel Turquía.
Esperemos que Egipto sepa gestionar sus relaciones tomando las mejores decisiones; de este modo mostrará al mundo que merece ser reconocido como un país que logró el fin del conflicto entre Israel y Hamás y a su vez promover la agenda de la Autoridad Palestina. Así podrá centrarse en su nuevo plan económico. Esperemos que en los próximos días todo quede más claro.