¿Por qué la ausencia de un acuerdo de libre comercio oficial entre China e Irán abre oportunidades para Occidente?
Por: Gastón Saidman

En 2021, China e Irán firmaron un ambicioso acuerdo estratégico a 25 años que prometía fortalecer la cooperación en áreas como infraestructura, energía y comercio. Sin embargo, a la fecha, este pacto no se ha traducido en un tratado formal de libre comercio que permita una liberalización arancelaria completa entre ambos países. Esta realidad tiene importantes implicancias geopolíticas y económicas que, curiosamente, abren espacios para que Occidente siga manteniendo y hasta expandiendo su influencia comercial con China.
La relación China-Irán: cooperación sin libre comercio formal
Aunque el comercio no petrolero entre China e Irán ha mostrado un crecimiento significativo alcanzando más de 34 mil millones de dólares en 2024, esta expansión se ve limitada por factores estructurales y políticos. Las sanciones internacionales impuestas principalmente por Estados Unidos restringen la capacidad de Irán para operar libremente en el comercio global, dificultando las transacciones financieras y comerciales entre ambos socios.
Además, las diferencias económicas y estructurales entre las economías china e iraní representan un desafío para la integración total. Por ejemplo, mientras China es una potencia tecnológica y manufacturera global, Irán enfrenta limitaciones derivadas de su aislamiento económico y de sanciones.
Oportunidades para Occidente
La ausencia de un acuerdo formal de libre comercio entre China e Irán no significa un distanciamiento definitivo. Más bien, deja un espacio abierto para que Occidente continúe “seduciendo” a China mediante acuerdos estratégicos y comerciales. China sigue siendo un socio clave para países occidentales en sectores cruciales como tecnología, innovación, finanzas y energías renovables.
Para Occidente, mantener un canal abierto con China es vital para no perder influencia en un mundo multipolar cada vez más complejo. Por ello, existen incentivos para ofrecer a China propuestas atractivas que complementen su relación con Irán, como acceso preferencial a mercados, cooperación en desarrollo sostenible, y alianzas en innovación tecnológica.
El equilibrio geopolítico y comercial

Las sanciones y las tensiones geopolíticas en torno a Irán actúan como un freno que impide la plena integración económica entre China e Irán, lo que mantiene a China con incentivos para diversificar sus relaciones comerciales. De esta manera, la dinámica actual sugiere que Occidente aún tiene posibilidades reales de fortalecer su vínculo comercial con China a través de negociaciones, inversiones conjuntas y tratados parciales.
En resumen, la falta de un tratado de libre comercio formal entre China e Irán no es una debilidad para China, sino un escenario estratégico donde Occidente puede seguir ejerciendo influencia y abrir caminos para colaboraciones futuras.