Los crímenes  de Hamás contra Israel, ¡lo que el mundo aún no ha visto de la última masacre!

Por: Gastón Saidman

No creo que sea necesario empezar el artículo con un resumen de lo que está pasando en la Franja de Gaza, los medios internacionales ya se han asegurado de mostrar las atrocidades que la organización terrorista Hamás cometió contra los ciudadanos de Israel (no soldados) , y aunque hubo medios de comunicación que publicaron videos con censura, lamentablemente yo y muchos otros pudimos verlos con todos los gráficos que esto implica y que entran en los delitos graves definidos en el derecho internacional como crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad e incluso genocidio.

El brutal ataque de Hamás que hasta ahora ha provocado más de 1.300 asesinatos, la gran mayoría de ellos civiles, más de 3.300 heridos y unos 150 prisioneros debe verse como un acto no sólo contra Israel sino contra toda la humanidad, ya que estas atrocidades violan los códigos de derechos humanos más básicos y amenazan no sólo la paz y la seguridad de Israel sino de todo el mundo libre, pero a veces parece que no lo tienen en cuenta, por lo cual me gustaría dejar unas cosas en claro:

¿Un estado palestino traerá la paz?

El título de lo siguiente puede resultar confuso, en primer lugar porque es una frase que muchos han dicho más de una vez como crítica a la política de Israel, y en segundo lugar porque notarán que es una pregunta, y por eso aquí no quiero alentar un Estado palestino o renunciar a él si se decide establecer uno en el futuro,  lo que quiero Junto con mis lectores es, analizar brevemente lo que ha sucedido en Palestina durante los últimos 20 años (para redondear), que Papel juega la organización terrorista Hamás, el gobierno palestino liderado por Fatah y donde se encuentran sus ciudadanos en medio de sus conflictos políticos internos.

Cuando los activistas pro palestinos (por definirlos de alguna manera) criticaron las políticas de Israel, lo hicieron bajo un discurso que expresaba la idea de un Estado palestino reconocido internacionalmente, los pro israelíes explicaron que no había garantía de que tal hecho fuera proporcionar seguridad a los ciudadanos de Israel, en tal caso el diálogo terminó con la idea de que tan pronto como un país ataca a otro, el atacado puede responder y entonces la opinión será diferente, este no fue el caso y vemos la reacción hoy .

Israel dejó el control de Gaza hace más de 15 años, así que no se puede seguir culpándolo con la excusa de que la guerra que estamos viviendo hoy se debe a la ocupación de esa zona, y para aclarar eso, veamos cómo fueron los acontecimientos. En septiembre de 2005, Israel completó el plan de retirada y retiró sus fuerzas de la Franja de Gaza. Hamás, una organización terrorista islamista extremista, tomó por la fuerza la Franja de Gaza en junio de 2007 y ha sido el gobierno de facto en la Franja desde entonces. La organización terrorista, que pide en su constitución la destrucción del Estado de Israel, ha llevado a lo largo de los años una política de terror hacia Israel, que se ha reflejado en ataques terroristas contra sus ciudadanos y el lanzamiento de cohetes contra sus asentamientos  provocando varias rondas de enfrentamientos.

Una amenaza global que el mundo no ve

Hoy Hamás está llevando a cabo el ataque más brutal visto hasta ahora contra civiles, tomando rehenes, entre ellos mujeres y niños, matándolos a tiros y decapitándolos, profanando cuerpos, secuestrando mujeres y violando. Si estos actos son ilegales contra las fuerzas de combate, lo son aún más contras civiles desarmados.

Estos actos, al ser un ataque contra una población civil, implican la intervención del Tratado de Roma que estableció la Corte Penal Internacional, en una definición que refleja un derecho internacional cotidiano que vincula al mundo entero. Israel sin duda procesará a los responsables de la barbarie cometida contra sus ciudadanos, pero con ciudadanos de otros países entre los muertos, se espera que dentro del marco de las normas internacionales de derechos humanos sea posible procesarlos en los países cuyos ciudadanos estaban entre las víctimas, en virtud de la autoridad de un Estado contra quienes dañan a sus ciudadanos.Desafortunadamente, las reacciones son débiles: el Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de emergencia el 8 de octubre de 2023, pero no emitió una condena oficial del ataque, y  el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, condenó los ataques a las  dos poblaciones, pero luego de que  Israel responda  al ataque en su contra.

Para quienes comparan la respuesta israelí  tendrían que tener en cuenta lo siguiente, Israel nunca ha dirigido sus ataques contra objetivos civiles y debe tener cuidado al hacerlo dirigiendo sus ataques sólo contra objetivos militares, incluso en la campaña actual, lo que debería reflejarse tanto en acciones como en mensajes públicos. Por lo tanto, se deben evitar diversas declaraciones que no sean exactas como si Israel estuviera violando  la aplicación de la ley  internacional.

Ante estos acontecimientos, el mundo no puede seguir culpando a Israel de la continuación del conflicto con los palestinos, máxime sabiendo que el objetivo de Hamás y sus partidarios es provocar la destrucción del Estado de Israel, algo que hoy, debido Ante el silencio internacional, no tienen ningún problema en mostrarlo abiertamente con vídeos.

Volviendo al título “lo que el mundo todavía no ve”, es porque parece que hay rincones en el mundo que siguen siendo engañados y distorsionados por  los líderes terroristas para deslegitimar a Israel, un objetivo que comparten con Hezbolá en el Líbano e Irán.  Es hora que antes de criticar la respuesta israelí  se den cuenta de que Israel no se enfrenta a una víctima palestina que busca la paz en la Franja de Gaza, sino a una entidad hostil, fuerte y cruel, que busca provocar la destrucción y que ya pasó sus límites hasta el punto que es una amenaza internacional contra los derechos humanos, por eso repito ante la última masacre hay cosas que el mundo no ve, o no quiere ver, de cualquier manera solo nos queda decir: las equivocaciones se pagan.