¿Han solucionado Erdogan y el-Sisi sus dificultades?
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Hace poco más de seis meses, durante la ceremonia inaugural del Mundial de Qatar, se produjo un encuentro que testificó el reinicio de las relaciones diplomáticas entre Turquía y Egipto. Los dos presidentes, Recep Tayyip Erdogan y Abdel Fattah el-Sisi, se dieron la mano en público y luego hablaron. El evento fue particularmente notorio dado que las relaciones entre los países se deterioraron hace aproximadamente una década, cuando el-Sisi depuso al presidente egipcio Mohammed Morsi, quien era representante del movimiento de la Hermandad Musulmana y era apoyado por Erdogan.
Incluso antes del apretón de manos en la Copa del Mundo, los países iniciaron esfuerzos para la normalización de las relaciones y se realizaron reuniones entre delegaciones de bajo nivel de ambos lados. Las principales barreras fueron el hecho de que Erdogan no reconoció la legitimidad del gobierno de el-Sisi, el hecho de que Turquía permitió que los exiliados egipcios del movimiento de la Hermandad Musulmana operaran desde su territorio y el apoyo de Egipto a las posiciones de Chipre y Grecia respecto a las fronteras marítimas en el Mediterráneo oriental.
En marzo pasado, el Ministro de Relaciones Exteriores de Turquía visitó Egipto y se reunió con su homólogo egipcio, y en abril, el Ministro de Relaciones Exteriores de Egipto fue a Turquía para una reunión. Tras la victoria de Erdogan en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 28 de mayo, el-Sisi le telefoneó para felicitarle, cobraron impulso los contactos para un encuentro entre ambos y se anunció un acuerdo para el regreso de embajadores a Ankara y El Cairo. Además, el Ministro de Relaciones Exteriores de Egipto estuvo presente en la ceremonia de toma de posesión presidencial de Erdogan.
Además, a pesar de la crisis diplomática, Turquía y Egipto han mantenido fuertes lazos económicos. El volumen de comercio entre los países sigue creciendo y en 2022 fue de unos $7.700 millones (en 2021 fue de unos $6.700 millones). En cuanto al potencial en las relaciones económicas, dada la proximidad geográfica, las rutas de navegación y las tendencias en el mercado energético, se espera que el volumen de comercio pueda crecer en los próximos años a alrededor de $20 mil millones.
En cuanto a la dimensión económico-energética, es evidente la influencia de los países del Golfo Árabe sobre Turquía y Egipto, desde el punto de vista económico y su impulso por mejorar las relaciones. A esto se une el estancamiento en curso en Libia, así como el debilitamiento del movimiento de la Hermandad Musulmana a nivel regional. Todo ello contribuye a que, al menos en el corto plazo, el-Sisi y Erdogan hayan logrado dejar de lado los temas en disputa entre los países.
Por: Omer Yahalom, Gallia Lindenstrauss
Fuente: INSS
traducción: Gastón Saidman