La política interna del Medio Oriente no juega a favor de las expectativas occidentales

Por: Gastón Saidman

Fuente: Informe Parlamento libanés

(Crédito Parlamento libanés)

El jueves 17 de abril se celebró una reunión entre el Presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, y el Vicepresidente del Parlamento jordano, Mustafa Al- Khasawneh, en presencia del Embajador del Reino Hachemita de Jordania en el Líbano, Sr. Walid Al-Hadid.

Al leer los informes publicados en los medios árabes, notamos que el diálogo no se centró en las relaciones bilaterales entre estos dos países, sino más bien en la situación actual derivada del conflicto con Israel en el sur del Líbano, en el que Israel fue criticado por violar los términos del alto el fuego y la Resolución 1701 de la ONU, así como los recientes acontecimientos en Gaza.

Dentro del diálogo político interno entre los países árabes, no hay señales de empatía hacia la parte israelí, que vivió el ataque más severo contra la humanidad el 7 de octubre de 2023. Incluso después de llegar a acuerdos, organizaciones como Hamás y Hezbolá continuaron en una posición amenazante en la que la inteligencia israelí reveló posiciones ofensivas para continuar, pero el enfoque es que Israel está violando el armisticio. Jordania, uno de los pocos países de Oriente Medio más cercanos a Occidente y con acuerdos de paz, se ha mostrado indiferente ante la situación de Israel, pese a que Jordania es un país que, por su estatus y sus relaciones con las potencias occidentales, debería poder mediar entre las partes. Sin embargo, durante la reunión con el parlamento libanés, demostró su postura anti israelí respecto a los ataques, al tiempo que negó cualquier derecho que tenga Israel a defenderse.

Para concluir, la reunión destacó los esfuerzos del rey jordano Abdullah II para detener lo que llaman la agresión israelí, así como el deseo de los países árabes bajo la mano del rey en establecer un estado palestino, independiente en su territorio con Jerusalén como su capital. Ni siquiera Jerusalén Este, es decir, toda Jerusalén, mientras se ignora el lado israelí, como se acostumbra a decir en la prensa occidental, mitad y mitad.

El doble discurso no es nada nuevo, como tampoco lo es la ingenuidad de Occidente al querer dejarse llevar por bellas palabras, como hizo Arafat en Oslo.

En el diálogo político interno de los países árabes no hay tendencia a hablar de un futuro de paz con Israel.

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